Cine, cine, cine, cine...
Hace tiempo que no hablo de mis visitas de los jueves a las Salas de proyección de esta mi cuidad (ávida de cine comercial, por supuesto), pero es que últimamente ando desatinado para elegir, por supuesto ayudan las fechas, el verano es porpicio a grandes "bodrio-estenos" y poco hay reseñable.
Así que no comentaré "United 93" , pués cansado estoy que los americanos se miren su precioso ombligo (qué bonito, qué bonito) y más cuando, lo siento si "chafo" algo de interés (creo que no), el único extranjero del avión es "tachado" con toda impunidad de cobarde (y voy yo y me lo creo). Calificación:
Ni hablaré de "La noche de los girasoles" , una historia que prometía mucho más, que se queda un tanto "coja", aburrida y mal interpretada por unos actores (en esta película) más que mediocres. Calificación:
Ni diré nada de "Ciudad sin ley" , una película "made in USA" que entretiene porque ya sabes de antemano a lo que vas. Calificación:
Hablaré de mi último visionado en DVD, que parece ser que es con lo único que acierto últimamente (exceptuando "El libro del desasogiego", gran recomendación de mi amigo Hesteban):
Bienvenido a casa, no es una gran película en principio, ni siquiera sus dos protagonistas llaman la atención, ni su historia de amor es buena y/o creíble, ni tiene fotografía, banda sonora, realización o dirección que deban ser exalzadas. Bienvenido a casa es una película que se sostiene de principio a fin por sus papeles secundarios (decir tiene que magistralmente interpretados), unos individuos que se mueven por Madrid con más pena que gloria, entre le pesimismo, el esperpénto y el humor, tipos agridulces escojidos a posta por David Trueba (director y gionista) a los que da los mejores diálogos y alguna que otra frase lapidaria de "apaga y vámonos".
Secundarios de lujo, no podía ser de otra manera. Juan Echanóve (un triste, solitario y ciego crítico de cine, ahí es nada), Jorge Sanz (un "don Juan" de mala muerte con miedo al compromiso columnista deportivo), Adriadna Gil, alias "mi favorita" (redactora de sucesos, agnostica en el amor, pesimista y cruel), Javivi (experto en música, frustado cantautor y atado por los lazos de un matrimonio con dos hijos que no le deja respirar), Julián Villagrán (lo llaman "Contra", porque siempre, siempre está en contra de todo), bordan sus papeles y hacen de esta película una delicia (más al oído que a la vista).
Hay más, Concha "que asco", Carlos Larrañaga, la guapísima Juana Acosta, Vicente Haro... hacen "casi" una película de esas que llaman los expertos "coral".
Ya he hablado bastante, dejemos paso a críticas, sinopsis y demás:
Y ahora una de mis anécdotas favoritas (de la película, claro está):
No me expreso muy "allá", pero intentaré describir la escena:
La pareja protagonista sale de ver una película con Félix (Juan Echanove) (como ya he dicho es ciego) que debe escribir la crítica para la revista donde trabaja. Su "perra lazarillo" les explica, también es ciega, la tiene porque le da pena desprenderse de ella (en realidad es su única compañía) y conforme se acercan a la acera de la calle, el comenta:
- ... el amor es un invento bastante chapuzero para remediar la soledad. A ver, párame ese taxi.
Y sabiéndo que los protagonistas se han extrañado al comprobar (y parar) que realmente un taxi se aproximaba a ellos, sigue comentanto:
- (Olfatea el aire repetidas veces y al acabar) Los reconozco por ese olor a pies, a sobaco, a ambientador barato y a jornada de 16 horas. Ya os acostumbraréis a esta ciudad, es sucia, fea, hostil y triste. Se parece a mi. ¡¡¡Puta la vida!!!
El taxi arranca y él se aleja...
Por supuesto la ciudad es Madrid. Yo, como asiduo (o no tanto) visitante no comparto su opión. Supongo que habrá de todo en esa "Megaciudad". A mi me gusta (y lo que es peor, me atrae), cosas de la vida.
Pero eso es otra historia. La de hoy era la película que todos deberíais ver y a la que creo que le he rendido un buen homenaje con este post. ¡Ahh!, y frases lapidarias como las de Félix, las hay para todos los gustos de todos y cada uno de los secundarios. Un aplauso.
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