Cuando llama un extraño (es posible que te quedes sin pelo)

El cierzo de Zaragoza, ese querido pero molesto viento de estas secas tierras, impide que el verano llegue a la ciudad con todo su espledor.  Las "terracitas de verano" están por la tarde noche vacías, a nadie le apetece conversar sujetando las cosas que hay en la mesa, y la gente prefiere encerrase en los cafés o salir al cine.

Ayer a mi me tocó lo segundo.  Rara vez voy el viernes por la noche al cine, ya se sabe, "la borregada" , entradas numeradas, orquesta de móviles en platea..., pero ayer el frío no nos dió opción, así que "Palafox", sesión de 23:00. 

Los empresarios de los cines, esta fue la primera sorpresa, han pensado, porque tontos no son, que, como la industria no está muy boyante, es mejor rebajar 20 céntimos las entradas de lunes a jueves y subiras 40 los viernes, sábados y domingos.  Lo dicho, tontos no son, pero eso es otra historia.

La película elegida "Llamada a un extraño" y en resumen os puedo decir que:

Eráse una vez un arquitecto, o un millonario que en su día encargo la edificación, que tenía tantas ganas de mostrar su creación (una fantástica casa a orillas de un precioso lago de los USA) que se permitió el lujo de producir una película para que todo el mundo la conociera.  Una película que en menos de hora y media nos muestra todas las estancias de la casa, con todos los lujos y avances tecnológicos que uno podría imaginar.  Eso es todo, o por lo menos lo bueno.  Porque el guión, los actores y demás son para olvidar.  El señor arquitecto (o el millonario) nos toma el pelo, eso sí (la otra cosa buena) en menos de hora y media, bastante menos. 

Hacía tiempo que no veía un bodrio tan grande, mucho mucho tiempo.  Mi calificación:

Si veis el cartel que os he puesto, hacedme caso, correr en dirección contraria.  Dudo que esto salga en vídeo, pero si saliese acordaos del post y mirad para otro lado.

Tengo que recomendar una película, pués si vamos con el terror, recomiendo 28 días, peliculón (a mi entender) que en su día me mantuvo pegado a la butaca del cine durante un buen rato.  Además ver Londres vacío tiene su aquel.