Luz de ciudades en llamas - José Ignacio Lapido
Imprescindibles, hay canciones que considero imprescindibles y "Luz de ciudades en llamas" en una de ellas. De Lapido ya he escrito en mi viejo blog demasiado. Los que lo conocen (que injusticia que sean tan pocos) lo llaman "El maestro" o "El Poeta Eléctrico" y esa es la mejor descripción que se le puede hacer.
De "Luz de ciudades en llamas" sólo puedo decir que es una maravilla. No soy tan inteligente para poder poner algo que de verdad haga justicia a la canción. Hace unos días encontré un artículo que hablaba de ella y se acerca un poco a lo que es. Por lo demás, yo sólo puedo ponerla aquí para que todos aquellos que me conocen (que injusticia que sean tan pocos, o no) la escuchen aunque sólo sea una vez. Porque es imprescindible escuchar esta canción, aunque sólo sea una vez.
Años atrás, cuando aún tenía la certeza de que en esta vida existía algo que pudiera llegar a ser eterno, tenía por costumbre hacer promesas, cargadas de ilusión y sobre todo de esperanza. Con los años fui descubriendo que la esperanza no es otra cosa que "esa puta que va vestida de verde" como sabiamente nos decían los suburbano en una de sus mas aclamadas canciones, banda sonora de una famosa película del ínclito Andrés Pajares.
A lo largo del tiempo y sobre todo gracias a experiencias empíricas, vas viendo como a tu alrededor van muriendo decenas, cientos y miles de promesas. No cabe duda de que todas ellas o la gran mayoría fueron formuladas desde la buena fé y con el deseo de su cumplimiento. No me gusta que me prometan cosas, odio que no se cumplan las cosas que alguien un día prometió, hay demasiadas promesas "colgadas" en el camino como para seguir incrementando las lista, así que a quién quiera que lea esto solo pedirle un favor: no me prometas nunca nada y lee (yo añado "y/o escucha") atentamente:
LUZ DE CIUDADES EN LLAMAS - José Ignacio Lapido (El Maestro - El Poeta Eléctrico)
Humo sagrado en la maleta
me oculta de la multitud.
Agua bendita en la chistera
que se convierte en cielo azul.
Viendo volar quimeras, lo mismo que ves tú.
Luz de ciudades en llamas,
sombras en el corazón.
Luz de ciudades en llamas,
sombras en el corazón.
Fuimos los reyes del trapecio
en nuestro propio callejón,
de noche nos mecía el viento
y desaparecía el dolor.
Ahora ya sólo vemos por el retrovisor...
Luz de ciudades en llamas,
sombras en el corazón.
Luz de ciudades en llamas,
sombras en el corazón.
Mirad por la ventana y tal vez podaís ver
al ángel que espera sus alas sentado en el andén.
Amantes que suben y bajan del último tren,
luz de ciudades en llamas antes o después.
Creíste que caminaría
sobre las aguas como Aquel.
Pensaste que te seguiría
hasta el incierto amanecer.
Sólo te prometí que un día podríamos ver:
Luz de ciudades en llamas,
sombras en el corazón.
Luz de ciudades en llamas,
sombras en el corazón.
Todas estas promesas que quedaron en el limbo no hicieron más que aumentar las sombras en el corazón, tiñiendolo poco a poco de opacidad y oscuridad, cambiando el color de la sangre por el color del vacio, creando hondos huecos difíciles de rellenar.
Yo siempre me muevo por la filosofía de no hacer lo que no me gusta que me hagan, así que si algún día me pides una promesa sólo podré prometerte el ver juntos la luz de ciudades en llamas, creo que no es poco, es más, el contemplar esa luz junto a tí podría borrar las sombras del corazón..
P.D.:
Gracias a Jesús por su artículo, su blog y sus canciones (algunas "pequeñas joyas" desconocidas por este mentecato).
De mi viejo blog:
Génesis
Lapido
El gran día
Como en casa (y en familia) - Impresiones de un concierto
Cuatro verdades (Crítica de un concierto)
Su Web: José Ignacio Lapido
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